Justamente los buenos recuerdos se construyen a partir de buenas vivencias. Por eso es que recuerdo hace tiempo atrás un día como cualquier otro, un lunes de esos a los que nadie les suelen gustar porque arranca la semana. Y son interminables, pero la vida tiene esas cosas inesperadas y te encuentras en las horas de cuando cae la tarde dentro de un cafetín al paso hablando con un colega de las cosas que escribimos para luego marcharnos a una pequeña librería de ediciones agotadas y textos por demás raros a tomar absenta. Mientras hablamos entre amigos de temas tan peculiares como los libros que habitan en aquel pequeño recinto con aroma a antaño. Y llegadas las horas nocturnas la jornada te da una ultima sorpresa comiendo afuera con seres queridos.
Y es así como recuerdo días, noches, tardes y madrugadas. Y son en esas ocasiones donde me encuentro solo o en compañía de algún buen amigo, en una barra frente a una dama que la atiende, donde tras rememorar tantos buenos recuerdos vividos. Respondo a la pregunta y digo... "Algo con sabor a melancolía...."