Simplemente...

 No hay excusas, quería compartir esta foto. Y que a cada uno le haga pensar en lo que mas le guste, como cuando eramos niños y jugábamos con las temperas y nos ensuciábamos las manos de mil colores. O en la sorpresa de ese fulgurante estallido rojo que puede atesorar una vieja latita de pintura. En lo valiosa que es nuestra vista que en un momento cualquiera de un día cualquiera nos maravilla y nos hace dejar todo lo que estamos haciendo para sacar una foto para compartirla con gente que ni conocemos porque lo que vemos nos parece fantástico. Simple pero fantástico... Cuantas cosas fantásticas se visten con sencillez y cuantas cosas sencillas son realmente maravillosas...

 Solo puedo decir que vivas la vida con ojos de niño, que todo te asombre y que cada día pierdas el aliento por algo distinto. Guárdate un poco de inocencia y aunque sepas muchas cosas siempre deja espacio para la curiosidad. Nunca olvides la felicidad que caracteriza a los niños y recuerda que alguna vez tu fuiste uno. Prométete a ti mismo que ese niño siempre estará junto a ti en tu camino personal ese que es de cada uno tan nuestro al que llamamos vida.

Una tarde de invierno...

 Una tarde cualquiera, una tarde de invierno.
De un día solitario, de momentos silenciosos, de tasas de café caliente.
Dialogo con mi silencio y el sonido del viento por fuera de la ventana.
Y miro expectante la ducha y una abandonada tela araña.

 Quien sabe de esa araña paciente que somnolienta miraba pasar las horas,
quien sabe cuantos sueños tejidos, bajo los rayos débiles que la alumbran.
Quien sabe donde habrá ido, en su afán de perseguir primaveras que han pasado.
Donde tejera nuevas telas que la arropen en madrugada.

 Quien sabe que sera de ella y sus pequeñas ambiciones...
Solo se que ha dejado un enmarañado atrapa sueños donde mis suspiros se esconden...