martes, 30 de junio de 2020

Los días pintados...

 Mas de cien días recluido en mi celda donde nada me falta, soy dichoso mas allá de todas las desgracias, de poder vivir en un tiempo donde casi todas las necesidades se suplen apretando botones. Estos días de infortunio me han robado el otoño y ahora me quieren llevar el invierno. Y siento que hubo momentos donde todas las tardes me resultaron iguales, pero no me quejo. Las jornadas parecían llegar colmadas de recuerdos de otras épocas mas gratas y hasta alguna foto que tome desde lo alto de mi balcón parecía de esas viejas imágenes de color donde los tonos no eran del todo definidos. Como si el presente me jugara una broma de mal gusto y me obligara a sumergirme en un mar de recuerdos en el que me pierdo con facilidad, pero del que también suelo escapar con esmero.

 Quien pudiera tener ávido el genio y a flor de piel las ideas para no desperdiciar un minuto del tiempo. Como los viejos maestros de antaño que creaban en una vida lo que cualquier mortal no generaba en diez. He de confesar que a grandes tareas he volcado mi empeño y puedo decir que año provechoso sera este.

 Mas que se hace con solo quejarse! Si la vida tiene mas de agria que de dulce y por cierto los que se quejan se pueden sentir dichosos. Cuando todo pase lo ocurrido sera anécdota, mas otros habrán perdido la vida y ya, no podrán quejarse...