Dos aves lejanas que anidaron en el altillo donde trabajo.
Fueron traídas por vientos distintos en diferentes albas.
Dos criaturas sencillas de vuelo ligero.
Con el alma llena de buenas intenciones.
Sus ropajes escondían dos corazones cálidos.
Sus estancias fueron por tiempo breve,
ya una de ellas a partido y la otra lo hará prontamente.
No se cuando las vea nuevamente,
lo único que se que entre mates y risas y trabajo matutino.
Han sabido hacerse el espacio merecido en ese desván tan mio donde abarroto mis recuerdos.
Ahora se marchan con otros vientos y se van lejos hacia otras tierras.
Me han dejado en el alma una sonrisa,
y en el paladar sabor a chocolate.
Hasta pronto y gracias!
Hermoso escrito, gracias por las lindas palabras
ResponderBorrarMe alegro que te haya gustado. Gracias por pasar, este lugar es tan mio como así también lo es de mis lectores. Un saludo grande!
BorrarTodo eso es porque tú sabes mirar.
ResponderBorrarDisfrútalo.
Muchas gracias. Un gran saludo y gracias por pasar.
BorrarSaber mirar a veces no es suficiente, también hay que saber ver. Tú lo consigues. Un saludo
ResponderBorrarMuchas gracias Jose, algunas veces las personas mas especiales son en aquellas que son pasajeras. Saludos.
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