miércoles, 30 de diciembre de 2020

Brindo por...

 Ha llegado el final de este año, un año duro, un año extraño. Pero nunca podre decir un año perdido.

 Perdido para los que ya no abrirán sus ojos el día de mañana, para los ancianos que pareciera que esperan la muerte en un asilo, sentados solitarios viendo como pasan todos los días calcados. Malo para los que no pudieron despedirse de sus seres queridos, para los que la economía que ya los venia golpeando desde antes, hizo que no pudieran poner un plato en la mesa y tener que ir a un comedor padres e hijos a buscar una única y mísera comida para todo el día, para los que se quedaron sin trabajo. Y un año mas para el mendigo que pide en la calle, para el cartonero que come un resto de algo, que encuentra en la basura y se saca el barbijo con sus manos negras para mandarse un bocado e inocente piensa que el barbijo lo protege y de sus manos manchadas de pobreza no toma recado, porque le es natural. Un año mas para los huérfanos que en un orfanato, pasan las fiestas sin pena ni gloria, que no tienen el cariño de nadie, un beso, un abrazo, un juguete, algo decente que comer, que no probaran un chocolate. Muchos ni saben lo que es un chocolate o una coca cola. Para ellos la vida siempre fue la misma pero este año con esta desgracia añadida. 

 Así que cuando leo a muchos en palabras decir, que este fue un año perdido, porque no pudieron salir de vacaciones, comprarse alguna novedad de mercado, salir a un bar, de shopping, a comprarse ropa. Cuando leo y escucho a todas esas personas quejándose de sus problemas primermundistas, problemas egocentristas, por favor y con todo respeto les pido que piensen, en que hay gente, mucha gente, que hoy esta bajo tierra porque no perdió el año sino que perdió la vida, gente común, trabajadores de la salud y tantos otros para los que la vida termino abruptamente. Habrá sillas vacías en estas fiestas. Y para otros no habrá fiestas porque no tienen nada que festejar. 


 Quiero cerrar este año levantando una copa, brindando porque a pesar de todo me espera un mañana. 

 Brindo por; Los que sufren, los soñadores, los apasionados, por los que a pesar de todo creen, por los que peinan canas o tienen alguna arruga y la vida los sigue sorprendiendo, por los inocentes (esos son los verdaderos jóvenes). Brindo por los que se emocionan, los que viven pensando en construir un mañana, los que a pesar de todo siguen creyendo en el amor, por los que se enamoran, por los que aman, por los ingenuos, los que viven felices a pesar de la rutina y los que al llegar la noche se entristecen, brindo por los nostálgicos, por los melancólicos. Brindo por los que aun sangran por una vieja herida, brindo por los que aun regalan flores en la primera cita, brindo por los que aun esperan a la persona indicada, brindo por los que miran al cielo nocturno y cuentan estrellas en la madrugada, por las que se sientan en un banco escondido a deshojar margaritas. Por los poetas, por los buenos amigos, brindo por la vida, por las cosas que fueron, las que no pudieron ser y las que vendrán. A ti que me lees brindo, por los que al final de estas líneas les he sacado una sonrisa y por los que les he sacado una lagrima, por esos que lloran, porque yo también lloro...





martes, 22 de diciembre de 2020

El que escribió de las musas sus letras...

 Que palabras puedo ofrendar en el altar de tu memoria cuando ya esta todo dicho. Cuando para ti sobran las odas y aun así parece que nunca es suficiente el tributo. Cuanto deseaste es lo que antes y mas allá de la muerte tuviste, la fama, el oro, la gloria, el genio! Y perseguiste en días y noches de desvelo el amor inalcanzable, un sueño, un imposible, vano fantasma de niebla y luz. Incorpóreo, intangible que no puede amar. Eso perseguiste tu!

 Supiste escribir como los ángeles, tu pensamiento supo de un himno gigante y extraño, que anuncia en la noche del alma una aurora. Y lo escribiste domando el rebelde, mezquino idioma, con palabras que fuesen a un tiempo suspiros y risas, colores y notas.

 Tu colosal en las letras, gloria de la poesía, titan de un mundo nuevo que en tu mente se inspira, eres candil eterno para el amante y el poeta, para el que ríe y el que llora, para el que ama y el que amó. Todo su deleite y consuelo. Tus rimas lo son. 

 Del cielo bajaste como baluarte que por un tiempo Dios nos presto y amaste como un mortal y escribiste como un semidiós y padeciste del amor sus deleites y sus torturas y lo lloraste y lo sufriste pero por sobre todo lo viviste. 

 Lo viviste como ninguno y en un borrador dejaste plasmado su recuerdo. Un simple borrador que hoy es obra maestra y principal de toda la poesía de habla Hispana. 

 Cuan efímero tu paso, cuan inmortal en el pensamiento. Cuan el altísimo reverencio tu partida, el sol se eclipso media hora después, que al aire regalarás tu ultimo aliento.

 Si en fin eres espíritu sin nombre, indefinible esencia, que vives con la vida sin formas de la idea. Eres ese espíritu desconocida esencia, perfume misterioso de que es vaso el poeta. 

 Y a quien pregunte por tu nombre y tu creación. Le diré a ese alguien, que es poesía? Poesía… Eres tú.



 Dios te tenga en la gloria, a 150 años de tu partida...




miércoles, 16 de diciembre de 2020

El que oyó de las musas la música...

 No podías escuchar el estruendoso aplauso del publico, pero si el susurro de las musas. 

 Fue tu vida las partituras, el dolor, la soledad, el drama, el talento, el genio, el amor, el ser incomprendido... Fue tu vida el arte, fue algo gigante y misterioso. Fue un lucero, una idea que perseguiste en tus notas, fue un ideal que solo tu imaginaste y lo convertiste en música.

 Gracias, sinceramente gracias por tanto, tu si que fuiste de la música la gloria. Hemos sido dignos de tanto talento tuyo ofrendado? Que se mantiene vigente en el tiempo. Gracias sinceramente gracias, tantas soledades al piano ahogadas, tantos sentimientos en cada melodía, el amor, la añoranza, la nostalgia, la melancolía. Tantas sensaciones... Titan de ensueño, tu si que fuiste del altísimo creación. 

 Hace 250 años tus manos escribieron, tus dedos al piano se volcaron. Gracias eternas por lo que al resto de los simples mortales nos has legado!  






domingo, 15 de noviembre de 2020

Donde van las horas...

  Y a donde van los días, que se difuminan tenuemente en atardeceres que nacen y mueren en la suavidad de la primavera. Un noviembre que pasa indiferentemente, sin grandes acontecimientos. Los días de encierro ya se hacen rutinarios y me sumerjo en mil pensamientos que giran como un frenético carrusel de sueños que se moldean y se rompen en una realidad que detesta a los soñadores. Me pregunto, que ha pasado con todas las ilusiones y esos anhelos de juventud? Acaso duraron el tiempo de los atardeceres de noviembre? 

 Sigo mirando el cielo y guardo silencio y respiro y suspiro. Aquí en este lugar lejano en el fin del mundo. Donde las calles se han vestido de una primavera silenciosa. Quien hubiera imaginado estos años amargos, extraño ser niño y no preocuparme ni por la vida, ni por el mundo y jugar a ser inmortal. Y hoy una realidad que asfixia, que se hunde. Una sociedad infestada de inmoralidad, donde no hay lugar para los rectos ni las personas de honor. Me tiene cautivo y me veo a mi mismo como una vela que se derrite sin pena ni gloria, malgastando vida. Días y noches en las que por suerte de algunas parece que escapo de esta prisión a través de sueños difusos en los que la vida es otra y las personas también lo son. 

 Aun sigo mirando el atardecer y ciertamente siento envidia y admiración por esas nubes que se tiñen de un sol que muere para pronto envolverse de luna. Ellas son libres, al igual que el viento que sopla y los pájaros que las miran... 

 A ti que me lees, así se ve un atardecer de noviembre, desde este lugar tan lejano del mundo.









viernes, 30 de octubre de 2020

Cuando veo tu foto...


 Pasaron los años y veo tu foto
y me pongo triste por lo que fue.

Los tiempos cambiaron a su libre antojo,
ya no queda nada del país aquel.

Criticaban el lunfardo y ahora todos hablan inglés.
Los cafetines se marcharon y el buen vestir también.

Se secaron las vacas,
y no confíes de la mano cuando alguien te la de.

Valores ya no existen, honor y verdad….
Eso que es!

Ahora son todos grises
y garcas por donde mires.

Guardia vieja ya no existe,
son todos sensibles hasta cuando llegan a la adultez.

Y se piensan vivos,
porque se propasan con las minas.

Hombres buenos eran… 
los que se la jugaban cuando tenía que ser.

Te extraño amigo mío,
las calles, las esquinas, la farra y la poesía.

Ahora todos son giles, los modales, la disciplina… 
Y las flacas la carne al lente pa´ que las deseen los pillos que las ven.

Y todos dicen tener calle, 
pero ninguno sabe rebuscarse el bolsillo.

Hay amigo mío, si no te perdiste nada,
vagos, miserables y tantos que con afán le arruinan la vida a doquier.

Si este país no tiene arreglo, vos amigo viviste un sueño.
Al que yo tarde llegue.





                                    A la memoria de mi padre. Felices 90 papá.

domingo, 27 de septiembre de 2020

Que le puedo servir? Algo con sabor a melancolía...

 Apuesto que a todos en la vida se nos ocurriría una respuesta así en algún momento. Pues a mi bastante seguido. Y no por depresión ni nada de eso. Simplemente porque tengo valor de las cosas que he vivido, en especial de los buenos momentos, justamente por eso los añoro y los recuerdo, no es vivir en el pasado porque no hay nada mas bello que la vida te sorprenda en un día cualquiera.
 
 Justamente los buenos recuerdos se construyen a partir de buenas vivencias. Por eso es que recuerdo hace tiempo atrás un día como cualquier otro, un lunes de esos a los que nadie les suelen gustar porque arranca la semana. Y son interminables, pero la vida tiene esas cosas inesperadas y te encuentras en las horas de cuando cae la tarde dentro de un cafetín al paso hablando con un colega de las cosas que escribimos para luego marcharnos a una pequeña librería de ediciones agotadas y textos por demás raros a tomar absenta. Mientras hablamos entre amigos de temas tan peculiares como los libros que habitan en aquel pequeño recinto con aroma a antaño. Y llegadas las horas nocturnas la jornada te da una ultima sorpresa comiendo afuera con seres queridos. 

 Y es así como recuerdo días, noches, tardes y madrugadas. Y son en esas ocasiones donde me encuentro solo o en compañía de algún buen amigo, en una barra frente a una dama que la atiende, donde tras rememorar tantos buenos recuerdos vividos. Respondo a la pregunta y digo... "Algo con sabor a melancolía...."






lunes, 24 de agosto de 2020

Yo sé de un imperio basto y desolado.


Yo sé de un imperio basto y desolado.

Impalpable pero enorme, magnifico pero desierto.

Se dé un imperio de maravillas invisibles, de parajes inexplorados.
Y de templos solitarios.

Se dé un imperio tan viejo como mi alma, tan grandioso como mis sueños.

Yo sé de un imperio, cuan trono vacío se encuentra.

Yo sé de un imperio bondadoso y austero, creativo y misericordioso.

Yo solo sé que el silencio lo habita y todo en él es ética.

Yo solo sé que cada vida tiene uno guardado en su alma.

Yo solo sé que dura lo que esa vida exista.

Yo solo sé que en el silencio se hace más sabio y la meditación lo fortalece.

Yo solo sé que el tiempo lo engrandece y lo extingue.

Yo solo sé que hay que visitarlo siempre y tratar de habituarse a sus aposentos.

Ese imperio que en las horas con nosotros mismos se hace más fuerte,
es el que en el mutismo nos hace más prudentes.

Es la joya preciosa que todos llevamos dentro, es el palacio de nuestra alma.

Es donde mi mente reposa en las horas solitarias.

Yo sé de ese imperio, panteón formidable en lo profundo de mis ojos.

Reserva todas las delicias que mi mente ama.

Y vela sin descanso cada una de mis ideas.

Y le da forma y carácter a cada una de mis ocurrencias.

Imperio maravilloso cuan son las magníficas musas que te habitan,
cuales son ellas que la pluma y la espada sostienen.

Forjan entre sus manos el amor, la guerra y la poesía.
Quienes son ellas que me imparten justicia y continuo consejo.

Acaso son ángeles que dentro mío habitan en un invisible recinto en el que a mi alma elevan?

O son las musas de antaño que a los hombres buenos inspiran?

Más no sé qué son, las guardianas de mis ideas, las forjadoras de mis pensamientos.

Solo sé que son las únicas que moran en ese imperio colosal y escondido. Ese imperio que existe en los territorios de la soledad y en él se levanta magnifica y sublime la intangible conciencia.



Como dijo Gustavo Adolfo Bécquer:

“La soledad es el imperio de la conciencia”




martes, 21 de julio de 2020

Invierno.

 
 Hace un mes riges estas latitudes,
 oh tú! Gélido espíritu que todo lo empalideces.

 Que sepultas la belleza de las marchitas flores
 y juegas a tu antojo con las hojas que te ofrendo el otoño.

 Tu que eres drama y agonía,
 helado vendaval y lluvia fría.

 Tu que eres tormenta que todo lo arrasa, que todo lo limpia,
 tu que depuras los bosques y apresuras los días.

 Tú que ornamentas montañas con blanca corona,
 tu que silvas en la tundra y ruges en los mares.

 Tú que decoras las copas de los árboles de finos cristales,
 te elevas de las gargantas en vapores como plegarias al éter.

 Te sacias de los aromas de espesos potajes,
 y exiges tributos en formidables truenos.

 Las chimeneas son tus incensarios
 y el cielo gris tu templo.

 Tus ojos son delicados como fino cristal,
 tu piel es pálida como la larga noche. 

 Tu pelo ondeas como las ramas en la tempestad,
 reino efímero y hermoso que bajo tu voluntad todo lo depone.

 Sin duda invierno, la más fuerte eres de todas las estaciones,
 quien con drama llora todos sus días.

 Infortunio traes bajo tu blanca túnica,
 muerte y velo entregas a las cosas para que renazcan con nueva vida.
 
 Responsabilidad y castigo tu sola acarreas,
 cuan pesada tarea el creador te ha asignado entre las cuatro bellezas.

 Especial y divina tú riges sobre las cuatro grandezas,
 mas tú como la vida misma la síntesis eres.

 En el mar la furia, sobre la extinta flor la nieve,
 en la caverna oscura el silencio. En las calles solitarias llueves.

 Una postal de la vida tú mejor que nadie representas,
 mas como nadie y solo ella eres.

 Trágicamente bella…



 Un pequeño homenaje al Invierno esa estación blanca y devastadora, furiosa y apacible como ninguna.






martes, 30 de junio de 2020

Los días pintados...

 Mas de cien días recluido en mi celda donde nada me falta, soy dichoso mas allá de todas las desgracias, de poder vivir en un tiempo donde casi todas las necesidades se suplen apretando botones. Estos días de infortunio me han robado el otoño y ahora me quieren llevar el invierno. Y siento que hubo momentos donde todas las tardes me resultaron iguales, pero no me quejo. Las jornadas parecían llegar colmadas de recuerdos de otras épocas mas gratas y hasta alguna foto que tome desde lo alto de mi balcón parecía de esas viejas imágenes de color donde los tonos no eran del todo definidos. Como si el presente me jugara una broma de mal gusto y me obligara a sumergirme en un mar de recuerdos en el que me pierdo con facilidad, pero del que también suelo escapar con esmero.

 Quien pudiera tener ávido el genio y a flor de piel las ideas para no desperdiciar un minuto del tiempo. Como los viejos maestros de antaño que creaban en una vida lo que cualquier mortal no generaba en diez. He de confesar que a grandes tareas he volcado mi empeño y puedo decir que año provechoso sera este.

 Mas que se hace con solo quejarse! Si la vida tiene mas de agria que de dulce y por cierto los que se quejan se pueden sentir dichosos. Cuando todo pase lo ocurrido sera anécdota, mas otros habrán perdido la vida y ya, no podrán quejarse...



viernes, 22 de mayo de 2020

El coleccionista de otoños...

 En un rincón de mi habitación rodeados de botellas medio vacías, se encuentran dos frascos con otoños encerrados. Así es, entre mis hobbys también se encuentra este. El de coleccionar otoños, podría hacer de esta entrada algo un poco mas sencillo y poético pero creo que es mas adecuado escribir del porque almaceno hojas de otoños pasados.

 Cuando miro esos frascos veo, no solo poesía, es como ver una vieja foto de alguien o algo que ya no esta, que se ha ido y ese papel con su imagen, ese fantasma de luz capturado es lo único que nos queda. Así es con esas hojas que salí a juntar alguna mañana o tarde en una caminata solitaria por la loma lejana. Mientras todo el mundo giraba en su frenética rutina yo recogía las hojas mas vistosas y pequeñas ramitas. Para guardarlas en los años venideros. Veo en esos frascos el mundo de aquellos años parte de una vida que ya no esta, son el espíritu guardado de otro tiempo, incluso el aire contenido dentro es de otro tiempo. Y me hacen pensar en la belleza y el amor. Dicen que la belleza es la expresión física, palpable, materializada del amor. El amor no lo podemos ver pero lo podemos sentir, la belleza la podemos ver, tocar, sentir... Y es belleza lo que veo en esos frascos, la de la naturaleza, la del tiempo ido. Por lo tanto es amor. Amor presente cada vez que me detengo a mirar los frascos. 

 Hace muchos años cuando era un simple adolescente, supe amar con  locura a una mujer. Y la ame de lejos y en silencio y la adore como un mortal que se inclina ante una diosa en un altar. Y recuerdo mirarla cada día con todas sus horas y sus minutos desde la vereda. En el lado de ella había un árbol mediano, joven de un tamaño intermedio. Donde ella apoyaba su espalda y me correspondía la mirada en silencio, mientras con los ojos nos hablábamos. Me parece verla ahora mismo. Paso el tiempo y aquella época de mi vida se fue. Y aquel amor termino truncado sin ser correspondido. Y yo con  los años me marchite, como inevitablemente nos marchitamos todos aunque muchos lo quieran negar. Porque los corazones sufren y se llenan de penas y se arrugan, en algunos casos mas que el mismo rostro. Y aquel árbol quedo ahí como único testigo del amor platónico que sintieron aquellos jóvenes. Y cada noche con los años pasados, volviendo del trabajo y desviando mi camino a casa cuando caminaba por esa acera. Apoyaba mi mano en su corteza como quien abraza a un amigo buscando consuelo, si pudiese haber hablado ese mudo testigo de tanto amor que tuve... Hasta que un día cualquiera por algún anónimo capricho aquel árbol fue arrancado de su tierra. Cuanta injusticia! Sus raíces no habían siquiera deformado las baldosas de la vereda y tan joven. El único espectador de mi trágica ilusión, de ese amor tan puro y excelso que había sentido, ese amor inocente y sagrado que jamas volví a sentir por una mujer idealizada por un primerizo sentimiento que no sabe hacer mas que eso, de ese tiempo dorado donde todo era promisorio, desapareció. Y transcurrieron mas años y ya no quedan otra cosa que recuerdos y me arrepiento de nunca haber recogido sus hojas, como quien de un ser amado recoge con su mano sus lagrimas. Aquel árbol que me trae memorias de primaveras, de la dulce chica parada bajo su sombra. Aquel amigo silencioso con el que compartía mis sueños y pensamientos. Ese lloro tantos otoños. Y yo... victima del amargor del que el tiempo hecha raíces y la vorágine de la vida, nunca recogí tan solo una de sus hojas. 

 Por eso que acabo de contar y lo que mencione antes al comienzo de esta entrada, a ti que me lees. Es por esa razón que atesoro otoños.  




jueves, 30 de abril de 2020

Fue Ella...

 Fue ella inspiración de todos mis poemas,
 fue ella a quien entregue todos mis suspiros.

 Fue el néctar de todos mis delirios
 y la ambrosía de mi amor invencible.

 Fue la fuerza de mis latidos
 y el motor de mis ideas.

 Fue la tormenta de mis emociones
 y la fuente de mis sentimientos.

 Fue el páramo de mis penas
 y el alivio de mis dolores.

 Fue el oasis de mis ilusiones
 y el manantial de mis creaciones.

 Fue ella la cura y la herida.

 Fue ella el veneno y el agua.

 Fue ella la flor y la daga.

 Fue ella el sueño y la idea.

 Fue ella presente y nostalgia.

 Fue ella luz de mis ojos.

 Fue ella llama de mi alma.

 Fue ella sacro tesoro.

 Fue ella amor excelso,
 por la que escribí en madrugadas.

 Fue ella de mi corazón la dama.

 Fue ella fantasía y cielo.

 Fue ella sufrimiento y castigo.

 Fue ella todo mi tiempo.

 Fue ella la que de mi vida se ha ido.

 Fue ella mi ideal y mi mundo entero.

 Fue ella tristeza y encierro.

 Fue ella lagrimas de acero.

 Fue ella penas y tormento.

 Fue ella calma y sosiego.

 Fue ella tantas noches de desvelo.

 Fue ella corona de mi imperio.

 Fue ella con los años perdida.

 Fue ella pasado y olvido.

 Fue ella razón y locura.

 Fue ella afecto y desvarió.

 Fue ella amada mía,
 a la que todavía anhelo.

 Fue ella Galatea de mis versos.

 Fue ella a la que alabe en silencio.

 Fue ella la diosa de mis letras.

 Fue ella evocación de ensueño.

 Fue ella arquetipo impoluto.

 Fue ella musa de mis pensamientos.

 Fue ella una visión imposible,
 la suma de todos mis deseos.

 Fue ella de mis creaciones la gloria,
 efímera como el viento.

 Hermosa como los ángeles,
 inalcanzable como los luceros.

 Solo en lagrimas te percibo,
 espejos de lo que siento.

 Esencia sin nombre,
 beso que no entrego.

 En fin amada mía,
 tu eres amor que no te encuentro.




Decidí publicar este poema en ocasión al 91° aniversario de la grabación de este tema que me gusta tanto. Grabado un 30 de abril del año 1929 en la voz de Annette Hanshaw. A su memoria.




sábado, 18 de abril de 2020

Some of these days...

 Este abril, como de costumbre hace como treinta años, no recuerdo exactamente cuantos pero por ahí andan. Se iba a celebrar el festival de Jazz: "Jazz en abril". Estos días de abril me llenan de recuerdos, esta segunda quincena que esta por comenzar con sus días otoñales grises de frió, algunos de ellos llenos de horas de lluvias y calles vacías. Pero también poblados, recuerdo días de sol, días lejanos.

 Porque sera que todos los días pasados que evocan buenos momentos son soleados? Pero en fin recuerdo como dicen, allá lejos y hace tiempo... aquellos días de festival en la ciudad donde asistíamos en familia. Mi padre fanático del jazz (tengo tanto para hablar de mi padre...) no se perdía un festival con sus desfiles de bandas por las calles, bandas que venían de todos los lugares imaginados de dentro y fuera del país. Y las calles eran una fiesta y la gente se amontonaba para bailar cerca de los camiones planos que transportaban a los músicos que tocaban y tocaban y cuando querían parar, la gente no los dejaba porque siempre pedían una canción mas. Recuerdo a las personas mayores, personas que ya hoy día no creo que estén. De otros tiempos de otras costumbres con otros modismos, que aplaudían y bailaban y disfrutaban el momento mucho mas que los mas jóvenes. Que debido a su escasa edad se sentían tal vez un poco confundidos y no sabían como reaccionar a esos temas de antaño, tan viejos que deberían ser pocos los que sabían cuando habían sido creados. Pero que a fin de cuentas estos jóvenes también les seguían el ritmo o aplaudiendo o bailando tímidamente entre ellos.

 Mi padre recuerdo se emocionaba, sentía que sus ojos brillaban de una manera especial. Parecía revivir en cada pieza sus años de juventud, sus años como trompetista de un pequeño conjunto que tocaba en una radio, sus tiempos de noches largas por Lavalle y tantas calles del centro de capital. Y sus momentos con sus amigos en aquellos lugares que solían frecuentar, cuando todavía se tiraba manteca al techo...

 El siempre me hablaba de aquellos músicos. Harry James, Benny Goodman, Gene Kruppa y tantos otros grandes de la época de oro del Jazz. Y yo con mi corta edad, maravillado por esas anécdotas llenas de pompa de tipos de traje y zapatos lustrosos que le daban paliza a los instrumentos por noches enteras de cigarros y tragos, pero siempre guardaban la compostura y no se les movía un pelo de esos peinados tan prolijos que llevaban. Sentía sumergirme en ese mundo del ayer de donde venia también mi padre. Recuerdo que seguíamos a las bandas por las calles, eran cuantiosas y esa caravana alegre era interminable y sonora. Los ciudadanos salían de sus balcones, se asomaban por las puertas y todo era alegría. Hasta que generalmente una vez que las bandas se detenían y tocaban algunos temas mas. Todo terminaba al ritmo de "Cuando los santos vienen marchando". Todos explotaban de emoción y esos mayores volvían a ser jóvenes por unos minutos y los jóvenes parecían dejar de existir frente a una emoción  que ellos no comprendían.

 Pero yo si... Yo si comprendía esa emoción irradiada desde los ojos de mi padre y a pesar que el me llevaba de la mano lo entendía todo perfectamente. Luego cuando todo terminaba y se callaban las baterías, los clarinetes, las tubas, los trombones y las trompetas y el resto de los instrumentos. Partíamos por las calles del centro a tomar algo. Se me viene a la memoria un café llamado Troppo en la calle Córdoba, hasta hace poco existía pero ya no era el mismo. Todo revestido en madera, el lugar me parecía interesante y también de otro tiempo, solía haber muchos cafés y lugares donde pasar el rato. Pero con los años la ciudad perdió esa chispa y hoy las cadenas de cafés con sus carteles con palabras en ingles le sacaron ese encanto a la ciudad que le daban aquellos cafetines. Se me viene a la mente ese olor a café tan especial de esos lugares, que me marco de por vida y mi padre que pedía como siempre un cortado en jarrito. Con mi madre charlaba con alegría mientras lo tomaba, sobre los temas que se habían interpretado en el desfile, de las versiones maravillosas que el había escuchado durante tantos años en su vida. De los que le gustaría haber escuchado interpretados y mientras se ponía a hurgar en viejos recuerdos como cuando fueron con mi madre a escuchar a  Harry James en el teatro Opera. Cuando todos terminábamos después de la platica, los cafés, las gaseosas y los tostados. Nos íbamos para casa con el alma llena y el corazón contento.

 De ahí los recuerdos por estos días de abril, por estos abriles de estos años presentes donde ya mi padre no esta y el festival no es ni la sombra de lo que fue. El desfile es minúsculo y los ánimos de las personas también. Ya no esta aquella guardia vieja que tocaba y los otros mas numerosos que bailaban alrededor de la caravana, con esa esencia especial, tan única y tan de ellos. Y para colmo parece una maldición pero hace años que tocan los fines de semana en los que justo hay lluvia... Y este año con todo esto que sucede se lo puede dar mas que por cancelado.

 Por eso es que en estas noches largas de estos días vacíos, pongo al parlante viejas canciones a que me hagan de fiel compañía. Tocadas en muchos casos por excelentes músicos de hoy día, que le hacen justo homenaje a esos de los de fina estampa y peinados prolijos, de allá lejos y hace tiempo...

 Tal vez quien dice el año entrante, alguno de esos días, me sorprenda mientras camino por alguna vereda solitaria, un inconfundible sonido de trompeta. Para levantar la mirada y poder ver entre los que siguen la caravana a mi padre y ese pequeño que hoy escribe estas lineas a quien toma de la mano...


                                          "Some of these days" por Tuba Skinny.







domingo, 12 de abril de 2020

Los pájaros de septiembre.

 Primavera bella, cálida cargada de colores y deliciosos aromas.
Te engalanas de rosas y vistes con los atuendos de las mariposas.

 Tus ojos son brillantes como tus días largos,
tienes el alma viva de los niños y juegas mezclada entre los verdes prados.

 Y suspiras amores y cobijas entre tus dedos ilusiones y sonrisas,
dormitas brevemente por las noches ligeras y al salir el alba te mezclas al coro de los pájaros.

 Hay primavera! Que vives de fantasías de juventud y del amor primerizo!
Quien pudiera amar y soñar como tu y cantar con las aves y esconderse entre las flores...

 Hay donde estas amor del ayer! A donde fueron flotando esos suspiros que una vez existieron....

 Y desconsolado, te contemplo a la distancia poetiza silenciosa, te has enmudecido entre tus letras difusas como sueños borrosos, como fantasmas de anhelos inconclusos y veo que has migrado como los pájaros al llegar septiembre.

 Y ver que te has ido me a callado el alma y las letras
y como yo cierras tus ojos y ensueñas secretos que tu solo conoces.

 Hay quien pudiera migrar y entregarse al cielo como los pájaros de septiembre y teñirse de celestes y de oros y ser como un ave fénix que se marcha lejos para renacer, en otro lugar en un nuevo mundo desconocido.

 Para así rodearme de las musas para vivir y morir y renacer nuevamente entre las manos de Erató y las de Melpómene. Para así poder llorar lagrimas tan amargas pero a su vez tan dulces...






 Debo reconocer que desde que el blog "Los pájaros de septiembre" a dejado de existir, se me ha entristecido el espíritu y amargado el canto, mas no hay versos hermosos, nacidos de la divina palma que me quiten el sueño por las madrugadas. A su escritora, el poema y estas humildes lineas, este simple mortal te dedica. Ojala algún día vuelvan los pájaros y me regresen un poco de esa esencia que se me han llevado...



jueves, 19 de marzo de 2020

Tiempos modernos...

 A pasado un tiempo desde que no escribo, por falta de inspiración. El verano siempre me llena de pereza para estas cosas. Pero por suerte para mi este ya tiene los días contados, faltan tres días para que mi querido otoño llegue. Pero esta vez no es un año cualquiera y realmente los tiempos que corren se han puesto difíciles. Me recuerdo el 31 de diciembre del año pasado, levantando las copas y brindando por una nueva década con sus buenas nuevas. Y después de un enero complicado para mi, ahora llega un marzo de paranoia para el mundo entero. El verano se despide con lluvias y noches frías de hasta 12 grados y las tardes son solitarias como casi todas las horas de la jornada. Y pienso en volver por las noches al teclado y escribir, no se con exactitud, solo se que necesito hacerlo como un desahogo para decir que aquí estoy. Que me encuentro bien y no me puedo quejar a pesar de todo. Me gustaría abrir el año con otra entrada con algo de otra índole y espero a fin de este decir de que a pesar de todo las cosas mejoraron, pero por ahora no me queda mas que estar aquí y ver los días pasar sin pena ni gloria, sin mas que asomarme por el balcón y ver las plazas y las aves que surcan libres el cielo y sentirme en definitiva un prisionero de esta realidad, de estos tiempos modernos...

 La foto se la dedico a quienes me conocen bien o al menos me hallan leído bastante. Nos vemos pronto!