En las tempranas horas, a su tenue esplendor.
Septiembre cuenta los altos días de un
invierno que agoniza.
Y en ellos siento resonar, de los años
recuerdos que he olvidado.
La desvanecida visión de un sueño que he
vivido.
El eco perdido de una voz que he escuchado.
El perfume de un cuerpo que he deseado.
Los alegres ojos de un rostro alborozado.
La ancha sonrisa abierta, como flor en verano.
El rastro de luz de un pasado añorado.
Ella fue invierno y primavera.
Por aquellos años mi vida entera.
Un fantasma errante a la luz del día.
Locura y sosiego, tormenta y armonía.
Tiempo confuso, de ensueño el que tránsito.
Donde mi mente recuerda y se resiste.
Donde el corazón titubea en sus latidos.
El alma se embriaga de momentos ya vividos.
Que me habrá robado el espíritu?
Que me habrá quitado el aliento?
Quien habrá truncado mi camino, a la búsqueda
de nuevos senderos?
Solo se y recuerdo que fue un septiembre,
donde supe porque se ama y se olvida.
Años lejanos donde la razón, concedió al
olvido todos sus caprichos.
Para que con tenacidad voraz, destruya de mi
mente todos los recuerdos.
Es por eso que he olvidado porque el corazón
ríe y se enamora.
Y aún recuerdo porque, este sin saberlo, en
algunos días llora...