Todo en la vida es pasajero, todos son sueños hermosos que imaginamos, proyectamos y en el caso de algunos de ellos tenemos la dicha de verlos materializados y convertirse en realidad. Tal vez para durar un poco mas que aquellos que nunca llegaron a cumplirse. Pasan las personas, las cosas, los días y el tiempo. Y todo va quedando atrás en nuestro camino. Todo a fin de la jornada tiene un gusto a soledad. Porque a fin de cuentas solos llegamos y solos nos vamos. Hoy se cumplen tres años de tomada esta imagen, de aquel viaje, de aquel sueño hecho realidad y hoy de todo aquello nada existe. Ni el lugar, ni la mayoría de las personas que atrás fueron quedando con el paso de las jornadas transitadas. Y la vida sigue... y con ella las ambiciones. Pero aun así los sueños rotos cortan y duelen en el alma.
Cada minuto que pasa, mas pienso en tratar de encontrar respuestas para ciertas cosas, pero cuanto mas indago en mis pensamientos mas desconozco el significado del porque algunos hechos suceden como suceden. Hay razones por la que los acontecimientos se dan de tal manera que uno no puede entender. Solo se que todo es un aprendizaje y este camino tan difícil por momentos me hace cada vez mas valorar aquellas cosas sencillas y minúsculas que me rodean.
Las personas simplemente somos pequeñas fabricas de sueños, los fabricamos tan frágiles que en muchos casos cuando vemos mas de uno romperse como un delicado cristal frente a nuestros ojos. Nos afligimos de tal forma que dejamos de fabricar sueños. Yo por hoy me conformo con pensar que la vida algo maravilloso guardara en alguno de sus tantos días venideros y eso me hace feliz...