lunes, 4 de marzo de 2019

Zadar donde moran las oceanides...

 Hay lugares en este mundo que todos quisiéramos conocer, y otros en los que no hemos pensado mucho simplemente porque no los conocemos o no hemos oído hablar mucho de ellos. Zadar es mi caso. Lugar lejano, si lo es y puede ser que de el no conozca mucho ni de Croacia. Pero hubo un día hace unos años que oí hablar de sus costas, que no terminan en playas de arena, terminan en escaleras que van al mar, como si se tratara de un sueño surrealista, donde los escalones llevan a ninguna parte y se terminan inexplicablemente. Pero todo tiene sus porqués esos escalones tienen unas aberturas por donde el viento y el agua del mar entran y forman sonidos musicales. Una bella obra arquitectónica con un formidable tinte de poesía. Donde los transeúntes se sientan en las escalinatas a ver el día, la puesta del sol o la noche. Mientras miran hacia ese mar antiguo cargado de historias y de secretos que guarda islas e islotes cercanos. Y quien sabe en algún perdido peñasco mas allá de su horizonte en el que las oceanides toquen siguiendo las notas que Eolo y Poseidon hacen llegar a las costas, las melodías de la Atlantida.



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