Fue ella inspiración de todos mis poemas,
fue ella a quien entregue todos mis suspiros.
Fue el néctar de todos mis delirios
y la ambrosía de mi amor invencible.
Fue la fuerza de mis latidos
y el motor de mis ideas.
Fue la tormenta de mis emociones
y la fuente de mis sentimientos.
Fue el páramo de mis penas
y el alivio de mis dolores.
Fue el oasis de mis ilusiones
y el manantial de mis creaciones.
Fue ella la cura y la herida.
Fue ella el veneno y el agua.
Fue ella la flor y la daga.
Fue ella el sueño y la idea.
Fue ella presente y nostalgia.
Fue ella luz de mis ojos.
Fue ella llama de mi alma.
Fue ella sacro tesoro.
Fue ella amor excelso,
por la que escribí en madrugadas.
Fue ella de mi corazón la dama.
Fue ella fantasía y cielo.
Fue ella sufrimiento y castigo.
Fue ella todo mi tiempo.
Fue ella la que de mi vida se ha ido.
Fue ella mi ideal y mi mundo entero.
Fue ella tristeza y encierro.
Fue ella lagrimas de acero.
Fue ella penas y tormento.
Fue ella calma y sosiego.
Fue ella tantas noches de desvelo.
Fue ella corona de mi imperio.
Fue ella con los años perdida.
Fue ella pasado y olvido.
Fue ella razón y locura.
Fue ella afecto y desvarió.
Fue ella amada mía,
a la que todavía anhelo.
Fue ella Galatea de mis versos.
Fue ella a la que alabe en silencio.
Fue ella la diosa de mis letras.
Fue ella evocación de ensueño.
Fue ella arquetipo impoluto.
Fue ella musa de mis pensamientos.
Fue ella una visión imposible,
la suma de todos mis deseos.
Fue ella de mis creaciones la gloria,
efímera como el viento.
Hermosa como los ángeles,
inalcanzable como los luceros.
Solo en lagrimas te percibo,
espejos de lo que siento.
Esencia sin nombre,
beso que no entrego.
En fin amada mía,
tu eres amor que no te encuentro.
fue ella a quien entregue todos mis suspiros.
Fue el néctar de todos mis delirios
y la ambrosía de mi amor invencible.
Fue la fuerza de mis latidos
y el motor de mis ideas.
Fue la tormenta de mis emociones
y la fuente de mis sentimientos.
Fue el páramo de mis penas
y el alivio de mis dolores.
Fue el oasis de mis ilusiones
y el manantial de mis creaciones.
Fue ella la cura y la herida.
Fue ella el veneno y el agua.
Fue ella la flor y la daga.
Fue ella el sueño y la idea.
Fue ella presente y nostalgia.
Fue ella luz de mis ojos.
Fue ella llama de mi alma.
Fue ella sacro tesoro.
Fue ella amor excelso,
por la que escribí en madrugadas.
Fue ella de mi corazón la dama.
Fue ella fantasía y cielo.
Fue ella sufrimiento y castigo.
Fue ella todo mi tiempo.
Fue ella la que de mi vida se ha ido.
Fue ella mi ideal y mi mundo entero.
Fue ella tristeza y encierro.
Fue ella lagrimas de acero.
Fue ella penas y tormento.
Fue ella calma y sosiego.
Fue ella tantas noches de desvelo.
Fue ella corona de mi imperio.
Fue ella con los años perdida.
Fue ella pasado y olvido.
Fue ella razón y locura.
Fue ella afecto y desvarió.
Fue ella amada mía,
a la que todavía anhelo.
Fue ella Galatea de mis versos.
Fue ella a la que alabe en silencio.
Fue ella la diosa de mis letras.
Fue ella evocación de ensueño.
Fue ella arquetipo impoluto.
Fue ella musa de mis pensamientos.
Fue ella una visión imposible,
la suma de todos mis deseos.
Fue ella de mis creaciones la gloria,
efímera como el viento.
Hermosa como los ángeles,
inalcanzable como los luceros.
Solo en lagrimas te percibo,
espejos de lo que siento.
Esencia sin nombre,
beso que no entrego.
En fin amada mía,
tu eres amor que no te encuentro.
Decidí publicar este poema en ocasión al 91° aniversario de la grabación de este tema que me gusta tanto. Grabado un 30 de abril del año 1929 en la voz de Annette Hanshaw. A su memoria.