lunes, 7 de febrero de 2022

Una ilusión hermosa...

 

Un sueño de medio día, una ilusión hermosa.


Un destello fugaz del astro luminoso, un espejismo, deidad que mi alma soñadora convoca.


Un instante en el viento, una sílfide maravillosa. Añoranza de esta vida y tantas otras.

Inspiración virtuosa, fantasía pasajera, incorpórea musa.

Dime quien ha forjado tu espíritu, quien te ha dado el aliento. Acaso fuerzas misteriosas, que describir yo no puedo.

Allí altiva, invisible e impoluta, candil divino que mi inspiración deslumbra. Cuan verdes sus ojos no los igualan de las altas copas todas sus hojas.

Reflejo de una visión, encarnación de un deseo silencioso, anhelo imposible, efímero, eterno, placido y tortuoso.

Cúspide de mis sueños, la adorada de mi alma en su altar, todo mi genio la evoca. Fuente de mis penas, proyección de mis glorias.

Tu mujer, mis letras son tuyas todas.

Y que todo ello no alcance! Y no baste, ni sea suficiente!

Melancólica, son tus ojos pensantes dos entreabiertas rosas. Son tus ojos dos cantaros donde el poeta la inspiración no agota.

Y tus lágrimas ocultas, poemas callados que tu alma solloza. Solitaria, vergonzosa, quien pudiera tomar tus manos y susurrarte un universo a solas.


Y al nacer del viejo mundo un día luminoso, creo en el cielo de la tarde verte reflejada inalcanzable y preciosa.


Quien pudiera, beber de los tímidos labios la ambrosia, la misma que cubrió a Aquiles cuando hizo temblar entera Troya.

Quien pudiera cuan Pigmalión adorarte aunque sea en roca. Y tendido a tus pies reverenciarte como profana diosa.

Quien pudiera como él. Dichoso! Por piedad, por piedad! Afrodita convirtiese en carne la estéril roca, y así tal Galatea se entibiase, fría la forma del cincel virtuoso.

Y así vida mía, ideal que no existe, idónea poesía. Capricho de mis soledades, suspiro fugitivo, razón y desvarió.

Cuan callados de la voz los versos, cuan ávidos los pensamientos. Mi corazón te aclama, mudo y de rodillas, absorto y en silencio.

Cuan venturoso yo fuera, si tú al leer lo que pienso, me llegara ligero, al aire palpable, tan sólo uno de tus besos.





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