jueves, 31 de mayo de 2018

Adiós Mayo...

  Me despido de ti en este ultimo día, mes hermoso y apacible, tan representativo del otoño, con sus atardeceres dorados y sus noches largas. La ciudad tranquila y el ritmo urbano que se desacelera con el correr de sus días. Esos vientos caprichosos que arremolinan las hojas y esa lluvia que se empieza a sentir fría. Ese mes de días que parecen ser vestigios del verano y de otros que son adelanto del invierno. Treinta y un días que lo tienen todo. Veredas que se visten de marrones y tonos rojizos y plazas que se forran de bronce y oro. Que feliz de vivirte cada año, que tristeza de verte marchar en el calendario... Golondrina engalanada de melancolía, reflejan tus ojos luces tenues, rayos de sol que se deslizan como el ámbar entre los arboles, tu alma es nido de añoranzas de otros tiempos, imagen en sepia de años perdidos. Hay quien pudiera sentarse a ver el ocaso en el que te escondes para seguirte en ligero vuelo y jamas verte partir...




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