De aquel mes de mayo pasado me quedo esta imagen para el recuerdo de una caminata cuando caía la tarde. Hacia algo de frió y las calles empezaban a despojarse de sus caminantes como así las plazas. Y fue andando en mis distraídos pasos que levantando la mirada vi un viejo árbol de su verde vestimenta despojada, solo para vestirse de pájaros. E inmediatamente pensé en este blog que escribo cuando puedo, en su nombre y en los poemas que de a ratos esporádicos cuando tengo el corazón inflamado sea por una ilusión o por una pena o por los recuerdos escribo. Y los mire fijamente y me dije:
Cuando los pájaros callan, por los atardeceres solitarios, van a acurrucarse y a reposar sus almas. Como yo reposo la mía tras las jornadas largas. Quien pudiera como ellos envueltos en plumas cobijar sus ansias y mantenerse erguidos esperando el mañana. Ojala yo pudiera cerrar los ojos y no poder contener las ansias y olvidar la fatiga de las horas trabajadas. Y envolverme de sueños tan hermosos como esos pájaros y dibujar la leve sonrisa fruto de mi esperanza, de encontrar al nuevo día un alma apasionada que refleje mi sonrisa y en sus ojos mi mirada...
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