Hay días que las calles se llenan de recuerdos… Memorias del ayer sobre años pasados, de
personas que ya no están, de comercios y tantas gentes que he conocido de la
mano de mi padre que cuando niño lo acompañaba a atender pacientes. Mi buen
padre que ocultaba su cansancio y su fatiga, con su buen trato y sus sonrisas… De
su mano conocí tantos lugares, calles, veredas, cafés y galerías. Y la vida de
los adultos con sus deberes y sus asuntos. Y hoy día en la rutina de los días calcados,
recorro ciertas calles y aparecen frente a mí fantasmas del ayer que se erigen
como lapidas sobre cada baldosa y me parece ver ojos que hace mucho tiempo deje
de ver y escuchar voces que ya desconozco. Y pienso mientras camino como
cambian las cosas y que la ciudad de todos los días, la de la costa bonita y
las sierras lejanas, se convierte por jornadas en un cementerio de recuerdos. Y
es justamente cuando razono y me digo por dentro, este es el paso inevitable de
los años, esto es en parte el significado de ponernos viejos. Por eso hay
calles por las que poco pasó y muchas lejanas por las que no había pasado y hoy
día tanto tránsito. Lugares viejos que ya no visito y otros recientes donde
creo nuevos recuerdos. Hay…! Si hay días felices indudablemente y otros
agridulces poblados de reminiscencias que me traen más tristezas que
nostalgias. Cuando camino por los senderos de mis años lejanos, en la ciudad de
las tumbas…
Cuando los pájaros callan... Llegan las nocturnas horas y en estas es cuando la creatividad de los hombres sencillos pero de pensamientos intrincados se deshace de las pesadas cadenas de lo cotidiano. Y se aventura a un mundo abstracto e inconsciente que se vuelve real tan solo por un rato. Quien soy yo? Un Marplatense un hombre simple como tantos otros con la necesidad de expresar las cosas que por mi mente pasan a lo largo de los días.
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Somos meros peregrinos de la vida, aves de paso que dejan huellas, ecos...una estela de recuerdos vamos acumulando. Todo cambia, la impermanencia es inevitable y a pesar de todo lo que en nuestro interior produce, bueno o menos bueno, tenemos que ir aceptando.
ResponderBorrarUn abrazo
Así es Jose, nos guste o no todas las cosas van cambiando de forma a distintos ritmos, pero en fin nada es para siempre. Si lo pensamos con detenimiento, lo que no expira se transforma. Muchas gracias por tus palabras.
BorrarSaludos y gracias por pasar.
Así es... ahora hace tiempo que no voy por lugares donde viven los fantasmas de mi familia y amigos. Me duele demasiado... la pena me espera en cada esquina y siento un vacío por dentro que me emociona.
ResponderBorrarLo has descrito perfectamente.
Muchas gracias Toro, es así. Hay veces que el alma no soporta caminar por ciertas calles... Aquí en mi país hubo quien una vez dijo una frase muy cierta. "Nunca vuelvas a los lugares donde alguna vez fuiste feliz". Y cuanta verdad hay en esas palabras.
BorrarSaludo enorme y gracias por comentar.
Conozco tanto la sensación! Lo que para algunos es suelo ordinario, para otros es sagrado, caminamos con un ojo puesto en el pasado, vemos escenas hoy imposibles, ese conocimiento duele.
ResponderBorrarCon los años has llegado a comprender las fuerzas con las que lidiaba tu padre, el esfuerzo que se esconde detrás de cada sonrisa, de cada gesto de amabilidad ¿Cómo se nos hubiese ocurrido que sería tan difícil?
Aunque esas reminiscencias a veces te traigan más tristezas que alegrías, nos hablan de tu sentir, y mientras ves lápidas en lugares que podríamos considerar inesperados, puedes volver a ellos y presentar tus respetos, mientras que otras personas caminan siempre sobre tierra estéril, sin verdaderas referencias.
Ojalá todos pudiésemos hacer descripciones de nuestras emociones como las tuyas Emanuel!
He llegado tarde pero te aseguro que no tardaré en ponerme al día!
Te dejo un abrazo en esta mañana de brisas gentiles!
Gracias por comentar Aquamarine. Es verdad solo cuando pasan los años uno llega a comprender el gran sacrificio y los esfuerzos cotidianos que hacían nuestros padres en el afán de darnos una vida digna. A mi me sirve refrescar la memoria con todos esos recuerdos, me ayuda a mantener ese respeto, ese cariño eterno no solo por mi padre sino por tantas personas de bien que he conocido a lo largo del paso de los años. La nostalgia nos podrá doler pero en este caso es el recordatorio de lo que tenemos que respetar e imitar.
BorrarUn gran saludo y muchas gracias por pasar.