Cafetín marplatense entre calles perdidas,
a tu vereda perfumada entregue cuando joven mis sueños desprendidos.
Ornamentado de plata y bordados finos,
de manteles blancos y jarrones floridos.
Vestiste tus muebles con hojas de abriles,
amalgamaste del tiempo las horas y del insomnio los soñadores.
Y lloro sobre tus altares callejeros cada otoño,
desde antaño aquel árbol que creció a tu lado.
Cafetín querido, tus mesas fueron refugio donde volqué mis letras,
tus luces fueron velas a media noche encendidas.
Fuiste hogar escondido de unos pocos poetas
y escribiste junto a ellos el verso, la trova la oda y el himno de los que fuiste escuela.
Pequeña gloria perdida, acunaste mi nostalgia entre tus sillas
y escondiste entre tus rincones las invisibles musas que a mis hojas en palabras describía.
Cafetín francés revestido en madera, mudo testigo de mi cansancio,
tus cuadros del ayer y tu aroma a olvido, contaron los sueños que di por perdidos.
Fuiste fantasía inspiración de mis delirios,
compañero de mis tardes, reflejaste en mis retinas soles, lunas y tantos ojos benditos.
Y entregaste a mis labios exquisitos manjares y elixires profanos,
y me debiste los besos que jamas llegaron.
Pequeño rincón tan amado, tan mio.
que te recuerdo cada día con ansias.
Cuando volverás una mañana remembranza mía y así te regale un suspiro,
que al éter se eleve como un ángel divino.
Recinto de bohemia tan añorado tan perdido,
agridulce morada cargada de nostalgias y melancolía.
Dedicado al viejo "Café de París" hará veinte años desaparecido, pasando por otros dueños y otros nombres. Hace años cerrado y entregado al olvido.